Berlín, 30 dic (dpa) – Quien comience el año con resaca está enfermo. Así está determinado judicialmente. Síntomas como cansancio, malestar y dolor de cabeza van más allá de los habituales en el cuerpo humano, determinaron los jueces del tribunal regional superior de Fráncfort.
Por eso, no está permitido publicitar como productos alimenticios aquellos medios que prometen aliviar este malestar generado por el alcohol.
Sentirse mal después de una noche de rumba es una de las enfermedades más comunes que no requieren de tratamiento médico. Por eso los científicos revisan una y otra vez la eficacia de remedios caseros y alimentos, que supuestamente mitigan rápidamente los síntomas.
Investigadores coreanos dieron a un grupo de hombres de 25 años primero 100 mililitros de whisky y luego una solución con ginseng rojo. Un grupo de control recibió un placebo después del whisky. En el caso del grupo que había tomado ginseng, la cantidad de alcohol en sangre se redujo de forma visible más rápidamente y con ello también el riesgo de una mala resaca.
Científicos indios realizaron hace poco pruebas con decenas de productos alimenticios, pero investigaron la reducción de alcohol a través de enzimas en un tubo de ensayo.
El resultado: Una mezcla de peras, jugo de lima y agua de coco posiblemente pueda ayudar a superar la resaca. Añadirle pepino y tomate puede incluso reforzar el efecto, señala el estudio. Pero la mezcla no sabe bien.
Ya desde hace siglos se busca una cura a las consecuencias de los excesos de alcohol. El historiador británico Vivian Nutton descubrió al descifrar un papiro de casi 2.000 años que los antiguos egipcios posiblemente apostaban por un arbusto, el chamaedaphne. Al parecer, se tejía una especie de corona y se colocaba alrededor del cuello. No se sabe si tenía éxito.
Pero si no hay un remedio que cure la resaca, ¿confirma la ciencia al menos las recetas no tan secretas para prevenirla? De ninguna manera.
Existe la creencia de que hay que tomar primero cerveza y luego vino, pero nunca al revés. Científicos de la Universidad de Witten/Herdecke en Alemania confirmaron con un experimento que se trata de un mito. Según pudieron determinar, para la reseca no importa en qué orden se beben cerveza y vino.
Fuente: donfelixspm.com
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