
Los factores genéticos son determinantes tan solo en un 10 a 15% de los casos. Algunos factores ambientales como el exceso de grasa acumulada por causa de la alimentación o algunas infecciones por virus pueden tener alguna importancia en el surgimiento de esta enfermedad.
Luego de que una mujer culmina la etapa menopáusica, tiende a ser más vulnerable su organismo a la aparición del tumor. No obstante, tiene también posibilidades de surgir en la juventud. Otro factor de riesgo además de la edad avanzada es la obesidad y la adicción a la nicotina. Esta es una enfermedad que puede ser tratada y curada si es diagnosticada con tiempo.
Este tumor suele producir pocos síntomas, hay que estar muy pendiente de su propio cuerpo para poder identificar estas molestias y tomar la decisión de consultar un médico. Estos son los síntomas que ocurren diariamente durante más de una semana, y si se siente identificado considere tomarlas en cuenta:
-Distensión o hinchazón del área abdominal.
-Dificultad para comer o sentirse lleno rápidamente.
-Dolor pélvico o abdominal bajo (pesadez pélvica).
Otros síntomas presentados de este tumor usualmente se confunden con demás infecciones comunes que no son relacionados con el cáncer, estos son los siguientes:
-Ciclos menstruales anormales
-Síntomas digestivos como falta de apetito, indigestión, náuseas y vómitos, estreñimiento, y aumento de gases.
-Dolor de espalda por razones desconocidas que empeora con el tiempo.
-Sangrado vaginal ocurrido entre cada periodo (ovulación).
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