Gestionar las emociones puede ser complicado. Hay quienes son exitosos en un área, pero no necesariamente lo sean en la otra. Incluso, la forma de conducirse con los demás denota cierto desbalance entre lo que se predica y lo que se practica, para no hablar de incoherencia.
Conozco personas que laboran en una empresa y su único fin es “ponérsela difícil” al compañero o al colaborador. Estas personas con el tiempo se ganan el desprecio de todos.
Por otro lado, hay quienes quieren echar toda la amargura de su vida personal sobre su personal como si fueran el motivo de su fracaso. Su carga suele ser tan fuerte que liberan todo su dolor en los demás.
He visto personas que se han enfermado o están pasando un mal momento en su vida personal y los empleados, en vez de ser empáticos, hasta cierto punto se alegran de lo que les sucede, porque se han ocupado en hacer trizas la vida sus compañeros.
Cuando interactuamos con los demás es importante saber que todos estamos en capacidad de impactar de forma positiva o negativa en aquellos con quienes entramos en contacto.
Fuente:listindiario.com.do
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